El descubrimiento tuvo lugar en Italia en una ciudad denominada Pirgi en la costa del Mar Tirreno, a unas treinta millas al norte de Roma. Esta ciudad data de unos cinco siglos antes de Cristo y está ubicada en lo que antiguamente se conocía como el país de Etruria.
Los arqueólogos han estado trabajando en este lugar desde 1956, bajo la dirección del Instituto Etruscólogo de antigüedades Italianas, dependiente de la Universidad de Roma. Massimo Pallottino, director de la expedición que trabaja en el lugar, escribió un artículo detallando sus operaciones en el mismo.
Informó del descubrimiento de dos templos etruscos, y de varias piezas de terra-cotta pintada en relieve, estatuas, planchas con motivos geométricos, alfarería y una... buena cantidad de monedas de plata.
Pero el descubrimiento más original fue el de tres finas planchas rectangulares de oro, de la misma medida, de unos veinte centímetros de largo por trece de ancho. De cada lado de las planchas había tres agujeros, con remaches indicando que habían estado unidas unas a las otras, o a algún otro objeto, formando como un libro.
Las tres tenían inscripciones grabadas, una de ellas en la lengua de los fenicios y las otras dos en antiguo etrusco. Se han traducido y son tributos a una diosa pagana, expresando gratitud por su protección.
El señor Pallottino, director de la expedición, indica que “sabemos por seguro que las inscripciones datan de unos 500 años A.C. o de los primeros tiempos del siglo quinto”.
Este es el sexagésimo tercer lugar en que los arqueólogos han encontrado planchas de metal, la mayoría de los cuales contienen datos muy antiguos.
Es además muy interesante, que la fecha que el señor Pallottino indica, es bastante cercana a la época en que Lehi dejó Palestina para viajar a las Américas. Esta fecha es también cercana a la indicada para las planchas de Darío, encontradas en Persia, y a las que los arqueólogos consideran datar del año 585 A.C. Las mismas también estaban grabadas, y algunas eran de plata y otras de oro. Explicaban la obra realizada por el rey Darío, quien encerró a Daniel con los leones.
Una de las cosas mas importantes acerca de las plancha de Darío, es que fueron encontradas dentro de una caja de piedra, construida exactamente en la manera en que José Smith describió la caja que contenía las planchas del Libro de Mormón.
Hay aun otro descubrimiento similar, y es el de las planchas de Sargon, las que también eran de metal grabado y estaban enterradas dentro de una caja de piedra de características similares.
Los críticos del Libro de Mormón, ya no pueden afirmar que es un concepto falso decir que los anales antiguos se registraban sobre planchas de metal. Por mucho tiempo se enseñó en los departamentos de historia de las escuelas y universidades del mundo, que los registros antiguos se limitaban a tablas de arcilla, papiros y cueros de oveja. Los recientes descubrimientos han probado que, si bien es verdad que la mayoría de los registros se hacían sobre estos materiales, hubo también anales en planchas de metal.
Todos estos anales son de la época antigua, por lo que tampoco se pueden hacer objeciones a las planchas de cobre (bronce) mencionadas en el Libro de Mormón.
Dios trabaja de manera misteriosa, es verdad, pero lo hace también de modo seguro, y uno de los milagros de estos días, es la forma en que disipa las dudas en torno a la historia de José Smith referente a las “planchas de oro”.
(Liahona Noviembre de 1966, contratapa)
Por Alvarorodr
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